Casi fue una más en la larga lista de mujeres que dejé escapar
Nunca sabré cómo terminé en sus brazos esa noche -ambos estábamos muy ebrios y no recordábamos nada al otro día- pero desde entonces no me dió más que alegrías: la primera vez que cogimos, cuando nos casamos, el primero de mis hijos y cuando se murió la semana pasada.