Herrero muerto por cuchillo de palo

Un herrero de una localidad del sur bonaerense amaneció en la zanja frente a su casa con 30 puñaladas en la espalda. A su lado, una fogata consumida. Se desconoce el paradero de la esposa, principal sospechosa.

Los vecinos afirman que la relación en la pareja venía decayendo en violencia. Según testimonios de la vecina más cercana, «doña Eduviges», todo comenzó cuando él comenzó a practicar su pasatiempo preferido: la carpintería. A la esposa no le gustaba porque le dejaba el patio lleno de aserrín, y cuando se levantaba viento, le ensuciaba la ropa en la soga.

El primer proyecto fue un refugio para los caballos, pero al poco tiempo se derrumbó. Frustrado, el herrero fue haciendo cosas cada vez mas chicas y simples. Del aserrado pasó al tallado, y su último e infortunado experimento fue un juego de cuchillos.

Se desconocen los motivos que finalmente llevaron a la esposa a asesinarlo, aunque los vecinos comentan que se escucharon ruidos de pelea casi toda la noche. Las heridas en la espalda concuerda con la teoría de que fueron hechas con los cuchillos de madera, y la fogata sería un intento de deshacerse de las pruebas.

Los efectivos carecen de pistas acerca de dónde pueda estar la esposa, que dejó la casa abierta y la mesa del desayuno sin levantar. Hay huellas de un caballo herrado que se pierden en el camino asfaltado a un kilómetro de la casa, pero se duda que sea el móvil de la huída. Datos aportados por el lechero indican que el único caballo que había en la casa estaba sin herrar a las 6 de la mañana, por lo menos una hora antes de la hora aproximada del deceso del herrero.
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