Musings from a park bench
Los gigantes, inmóviles, vigilan. Tienen múltiples ojos, pero no todos están abiertos; mientras unos están alertas, otros descansan. Están allí para asegurarse que no veas el horizonte. Estás en un espacio abierto, pero no es muy grande; ellos son el borde. Vigilan desde la distancia, siempre allí. Tus compañeros de desgracia gritan, roncan, se pelean, se aman, despreocupados de los gigantes; el lugar que tienen les alcanza.
Hay luces que se alinean, indicando grietas entre ellos, fallas en su sistema, imperfecciones en el cristal. Los móviles te protegen, remarcando también las grietas; ellos son verdes, marrones o esqueléticos. Puedes escapar por cualquiera de las grietas; elige una.
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